MANGO DE REPUESTO – para azada de plantar y azada de cavar Krumpholz 105 cm – mango de fresno nº 1979
Mango de fresno de repuesto de 105 cm. En el caso de las azadas con ojo ovalado para facilitar la inserción, no se necesita material de fijación adicional.
El mango es cónico. El cabezal simplemente se desliza desde el lado delgado y se introduce firmemente. Para reforzar aún más la estabilidad, se puede regar el mango en el extremo de la cabeza después de martillarlo. Esto hace que la madera se hinche ligeramente y la junta se vuelva aún más estable.
- Longitud del mango: 105 cm
- Material del mango: mango de fresno lacado
- Accesorios: no necesarios
- adecuado para azadas Krumpholz: Nº 1971 + 1650
- apto para cabezales de azada: nº 1970 + 1650EK
Herramientas de jardín forjadas a mano del fabricante alemán de herramientas Krumpholz. Krumpholz lleva forjando desde 1799 y sigue siendo una empresa familiar. Picos, palas, rastrillos, azadas, escardadoras, paletas de siembra y muchas otras herramientas útiles para el jardín se forjan en acero sueco con los más altos estándares de calidad. Los mangos y las empuñaduras son de madera de fresno resistente y duradera. La mejor calidad para las más altas exigencias en jardinería.
Nota sobre el descascarillado
La azada debe montarse in situ. El mango es cónico. La cabeza simplemente se desliza y se clava firmemente. Para ello, golpee varias veces el mango con el cabezal acoplado en un movimiento vertical (de arriba abajo), por ejemplo, sobre una viga de madera o un madero escuadrado. Debido a la aceleración negativa cuando la cabeza del mango golpea la madera escuadrada, la cabeza de la azada “se desliza” establemente sobre la cabeza engrosada del mango y se cierra positivamente. Para estabilizar el compuesto, puedes seguir regándolo. Esto hincha la madera y la conexión entre la cabeza y el mango se hace aún más fuerte.
Instrucciones de cuidado
Secar después de cada uso. Almacenamiento en locales secos y sin calefacción, graneros o cobertizos de jardín. Cuando se almacena en locales con calefacción, el tallo se seca y pierde elasticidad. Entonces, el tallo puede romperse más fácilmente que con un almacenamiento adecuado.
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